China en el mito coreano de Dangun sobre la creación del Estado arcaico

Julio López Saco

Varios son los mitos de fundación que refieren la formación de federaciones de tribus en la antigua Corea, si bien el más conocido es el de un ser denominado Dangun, considerado el progenitor legendario del pueblo coreano y también el fundador de Kochoson (Gojoseon, a veces señalado Choson), el primer y más arcaico Estado coreano en esa península. La tradición señala el 2330 a.e.c. como la época de inicio de dicho primigenio reino, ubicado esencialmente en el norte de Corea, porque es el territorio en donde se han encontrado la mayoría de objetos de bronce. La primera versión registrada de la leyenda de Dangun aparece en el texto Samguk yusa, del siglo XIII, que cita el Libro de Wei (Wèi shū, 魏書) de China, así como el texto histórico perdido de Corea, Gogi (古記). No obstante, Dangun empezó a llamar la atención a finales de la dinastía Goryeo (fundada a principios del siglo X), cuando los coreanos libraron guerras contra la dinastía mongola Yuan (Yuáncháo, 元朝), que gobernó en China desde 1271 a 1368.

El mito cuenta que Hwanung, vástago del Dios Supremo del Cielo quería ofrecer la cultura a la humanidad y, naturalmente, gobernarla. Por tal motivo, se dispuso a descender a la tierra, apareciendo bajo un árbol en una montaña llamada Taebaek. Cerca del lugar habitaban un tigre y un oso en una caverna, quienes de inmediato le pidieron a Hwanung que les convirtiera en seres humanos. Para que semejante metamorfosis se produjera tenían que comer unas hojas de artemisa, un determinado número de ajos y, sobre todo, aislarse de la luz solar diurna durante un período de cien días. Aunque el tigre no pudo aguantar estas condiciones, el oso sí lo hizo, convirtiéndose en una mujer, quien pidió al dios tener un hijo. De esta forma, Hwanung accedió a ser su marido y tener un descendiente con ella. Este hijo es precisamente Tangun Wanggom (Soberano del Sacro Árbol del Sándalo), que acabaría siendo, a la postre, el fundador de la nación Choson durante la época de gobierno del mítico emperador Yao (堯, también Yi Qi, 伊祁 o Yi Fangxun, 伊放勳) en China, uno de los Cinco Emperadores (wudi, 五帝) de la mitología china arcaica.

Instaló la capital del reino en Asadal, gobernando durante un período de mil quinientos años, momento en que el rey Wu (Zhōu Wǔ Wáng, 周武王), monarca de la dinastía china Zhōu (周), ubicó a una de sus hijas en el trono coreano, en torno a 1122 a.e.c. según la cronología tradicional. En vista de esta situación Dangun regresó a su lugar de origen, convirtiéndose en deidad de la montaña. En ese momento tenía cerca de dos mil años de edad.

Se trata de un mito que, a pesar de haber sido muy debatido y haber sido objeto de varias interpretaciones, lo cierto es que parece reflejar acontecimientos y circunstancias de la más antigua historia de la población de Corea y de sus creencias. Se ha concebido como el origen de la cultura y la identidad coreana. Es decir, Dangun desarrolla un rol primordial en la configuración de la conciencia nacional, la de una población que se enorgullece de pertenecer a un país de más de cinco milenios de antigüedad, tal vez en una emulación de sus vecinos continentales chinos. Incluso en los albores del pasado siglo XX, este personaje fue el motor espiritual de la resistencia y la lucha contra el opresor japonés.

Es muy probable que el mito sea, a fin de cuentas, una representación simbólica de la época en la que los tres clanes primordiales de una confederación tribal se encontraban en el proceso de configurar un arcaico Estado. Uno de tales clanes procedía de algún lugar lejano (por tanto, no era autóctono), y portaba una cultura avanzada. Se decía que era un clan celestial. Los otros dos, por lo contrario, eran formaciones locales, cuyos tótems respectivos eran el tigre y el oso. El clan de avanzada cultura se une al que tiene el tótem del oso y destruyen al que poseía al tigre como referente. La fundación de Kochoson representaría tanto el origen de una familia gobernante como la creación de una primigenia entidad estatal, simbolizando la unión de Cielo y Tierra como fuerzas cruciales del Cosmos. Ambas fuerzas se unirían armónicamente en la persona de Dangun, primer gobernante. De hecho, el nombre del dios-héroe implica a la vez el cargo de rey-chamán; es decir, la jefatura religiosa y política.

La presencia de este mito hace comprensible, a la par, el origen del culto a la deidad de la montaña (Sanshin o Sansin, 山神, o también Sanyeong Daeshin, 山靈大神), concebido en las creencias populares coreanas como una divinidad colectiva de todas las cumbres montañosas y cordilleras, que son muy veneradas en Corea, como también lo son espíritus y deidades de otros aspectos de la naturaleza, como el agua o la tierra. Al mismo tiempo, el dios también se comprende como una individualidad. De esta forma es una deidad de los ancestros, así como de personalidades tanto legendarias como históricas. Tanto es así, que una de las principales características del chamanismo coreano, denominado Musok, es que todas las deidades se pueden visualizar y hasta representar iconográficamente como si fuesen humanos corrientes. La comunicación con ellos se llevaría a cabo en las ceremonias rituales por mediación de los chamanes, siendo invocados utilizando ofrendas al son de diversas danzas y cantos. Incluso logran personificarlos cuando los chamanes se ven poseídos por ellos.

Un aspecto considerado crucial es la presencia de la hija de un soberano chino en el mito, pues implica tanto una referencia histórica como una evidente legitimación político-religiosa del cambio de liderazgo del Estado creado por Dangun. El establecimiento de una nueva dinastía con la princesa china supondrá un milenio de gobierno sobre un espacio geográfico que incluiría el sur de Manchuria y territorios del noreste de China, hecho que enfatiza, tal vez, un control chino continental. Tales zonas, no obstante, serían perdidas mucho tiempo después, hacia el final del siglo IV a.e.c. cuando los gobernantes chinos invadieron la península de Liáodōng (辽东半岛).

Para saber más

 Grayson Huntley, James, “The Myth of Tan’gun: A Dramatic Structural Analysis of a Korean Foundation Myth”, Korea Journal, Seúl, Primavera, 1997, 37. 1, pp. 35-52; Grayson Huntley, James, Myths and Legends from Korea: An Annotated Compendium of Ancient and Modern Materials, Routledge, Londres, 2011; Jeong, Young-hun, “Myth of Dangun and “Dangun Nationalism””, Korea Focus. Julio-Agosto, 2001, pp. 53-68;  Juang, Pegang & Kim, Changmin, Mitos coreanos, Verbum, Madrid, 2002; Kyung Hwang, A History of Korea, Palgrave Macmillan, 2010;  Mason, David A., Spirit of the Mountains: Korea’s San-Shin and Traditions of Mountain-worship, Hallim Publishing, 1999; Seth, Michael, J., A History of Korea, Rowman & Littlefield Publishers, 2010; Seligson, Silvia, “El Mito de Dangun. Fundación del primer Estado coreano y origen de su identidad”, Ponencia presentada en el XI Congreso Internacional de Aladaa, Ciudad de México, del 12 al 15 de noviembre de 2003; Shin, Gi-wook, Ethnic Nationalism in Korea: Genealogy, Politics, and Legacy, Stanford University Press, Stanford, CA, 2006; Tudor, Daniel, Korea: The Impossible Country, Tuttle Publishing, 2013; Yoon, Yee-heum, “The Role of Shamanism in Korean Culture”, en Korean Cultural Heritage. Korea Foundation, Seúl, 1996.  Vol II, pp. 188-191.

Fuente: Julio López Saco (AVECH).