Las relaciones China-África en el 2023
Nelson García Pernía
La presencia de China en África no es una novedad en el siglo XXI. Tan pronto como se estableció la República Popular en octubre de 1949, este país dio pasos hacia un gradual acercamiento a los llamados países del “Tercer Mundo”, a pesar del aislamiento a la que había sido sometida, situación que fue revertida en 1971 al ser reconocida en el seno de la Organización de las Naciones Unidas como la legítima representante del pueblo chino. Bajo este panorama de consolidación institucional interna primero y ocupar un lugar dentro de la escena mundial luego, el acercamiento hacia aquellos países con iguales aspiraciones dentro sistema internacional fue una constante, especialmente dentro del propio escenario afroasiático. En el caso africano, especialmente, en los albores del proceso de descolonización (1950-1960) respaldó a los independentistas argelinos, Egipto y Ghana bajo el liderazgo de Kwame Nkrumah fueron parte de esos iniciales vínculos, además de reconocer las luchas de liberación que estaban en marcha en el resto del continente, enmarcados dentro de una diplomacia ideológica.
Al condicionamiento ideológico que había marcado la primera fase del diálogo sino-africano se advino un nuevo momento marcado por los procesos de transformaciones internas que llevó adelante el liderazgo chino desde 1978. Aun cuando entre esta última fecha y los años finales del siglo XX los nexos diplomáticos fueron de escaso impacto, oportuno es considerar que fue un período preparatorio para lo que sería el inicio del nuevo milenio y los renovados impulsos en materia de cooperación en diversas áreas. En efecto, en el año 2000 entró en vigencia el Foro para la Cooperación entre China y África (FOCAC, por sus siglas en inglés) y desde el primer encuentro en Beijing hasta el 2021 se han celebrado ocho, siendo el último en Dakar, Senegal. La puesta en marcha de esta plataforma institucionalizó al más alto nivel las relaciones con el objetivo de sistematizar y sectorizar las áreas de interés común más allá de lo económico.
El éxito que ha exhibido esta Asociación Estratégica, ─considerada así por Beijing─, está mediado por la organización y seguimiento de cada foro organizado. Como parte de esa continuidad, en el 2023 fueron varios los puntos abordados con miras a fortalecer lo hasta ese momento alcanzado, al ser el propio Ministro de Relaciones Exteriores, Qin Gang, el 11 de enero de 2023, en una reunión con el presidente de la Comisión de la Unión Africana (UA), Moussa Faki Mahamat, quien reconoció la vitalidad de la alianza sino-africana y más aún desde la puesta en marcha en el 2013 de los principios de sinceridad, resultados sustanciales, afinidad y buena fe y la concepción correcta de la justicia y de los intereses en las relaciones de China con África. En aquel momento, el presidente Xi Jinping incorporó tales conceptos dentro de la agenda de política exterior para redefinir la alianza, quedando expreso los principios de “sinceridad” y “resultados reales”. Para el liderazgo chino esas orientaciones tiene un sentido definido en la medida que “sinceridad” implica que China y África son amigos verdaderos. Mientras que “resultados reales”, compromete a China de forma íntegra en su cooperación con África, asegurándose que estos países puedan obtener beneficios tangibles.
Como parte de las agendas de trabajo diseñadas, Qin Gang también destacó la relevancia de los puntos considerados en la VIII Conferencia Ministerial del Foro de Cooperación China-África, además de promover el desarrollo de la cooperación en la construcción conjunta de la Franja y la Ruta. Sobre estos dos puntos, el máximo representante de la diplomacia china trazó una serie de ejes como recomendaciones entre los que destaca: en primer lugar, promover aceleradamente los intercambios físicos y las ideas afines entre China y África; en segundo lugar, profundizar continuamente las relaciones amistosas entre China y la UA; como tercera exhortación, promover vigorosamente la mejora de la calidad de la cooperación entre China y África; y en el cuarto eje, salvaguardar con firmeza la solidaridad y la cooperación entre los países en desarrollo.
En ese mismo año 2023, en agosto se celebró el Diálogo de Líderes China-África, en Johannesburgo, Sudáfrica. El evento fue copresidido por Xi Jinping junto al presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa. La relevancia de esta iniciativa yace esencialmente en que enfatiza que a través de los nueve programas del Foro de Cooperación China-África, la cooperación de la Franja y la Ruta y la Iniciativa para el Desarrollo Global, China canalizará más recursos de asistencia, inversión y financiamiento hacia programas encaminados a la industrialización en suelo africano. Además, en noviembre China organizó el segundo Foro sobre Cooperación Agrícola China-África en Hainan (el primero fue celebrado en el 2018 en la misma ciudad). El foro tiene como finalidad fortalecer la cooperación en áreas como innovación tecnológica y capacitación de talentos, y establecerán una plataforma sostenible para los intercambios en materia agrícola, siendo clave para el lado africano por cuento es un continente marcado por la crisis climática.
Las relaciones sino-africanas en el siglo XXI entraron en una nueva fase. Sus aspiraciones se insertan según los actores involucrados, en el marco de la cooperación Sur-Sur, donde las más recientes iniciativas de diálogo en el 2023 evidencian el interés por fortalecer áreas de cooperación con beneficio mutuo. En definitiva, su éxito estará mediado por la continuidad en la institucionalización de los espacios creados con resultados tangibles en la resolución de los desafíos que se han propuesto resolver.
Fuente: Nelson García Pernía (AVECH).