África frente a la Iniciativa de la Franja y la Ruta
Nelson García Pernía
La iniciativa de la Franja y la Ruta (Belt and Road Initiative (BRI), por sus siglas en inglés) puesta en escena por la República Popular China bajo el liderazgo de Xi Jinping, fue advertida en una serie de discursos en Kazajistán e Indonesia entre los meses de septiembre y octubre de 2013. Tal proyecto de conectividad en el siglo XXI es la carta de presentación de este país asiático en el nuevo milenio, además de ser una evocación de la antigua ruta de la seda que se consolidó a partir de la dinastía Han (202 a.c.–220 d.c.) que estableció oficialmente relaciones comerciales con Europa hasta mediados del siglo XV. Esta renovada concepción de aquel comercio de larga distancia está dividida en dos frentes: por un lado, la Franja Económica o Cinturón Económico, que busca reforzar las rutas terrestres con miras a expandir el comercio con destino hacia Europa, Asia occidental y oriental, y por el otro, la Ruta de la Seda Marítima del siglo XXI, cuyo objetivo es expandir y fortalecer las redes comerciales por Asia Oriental, meridional, occidental y África.
En cuanto a la inserción de África dentro de este proyecto global, este continente no es una novedad para los intereses de Pekín. Desde el momento del establecimiento de la República Popular en 1949, este continente estuvo presente en la agenda de la política exterior china al ofrecer apoyo económico y respaldo político a diversos países en medio de la efervescencia descolonizadora. Sin embargo, el momento de institucionalización al máximo nivel de las relaciones se dio a partir del año 2000, cuando fue creado el Foro para la Cooperación entre China y África (FOCAC, por sus siglas en inglés). Desde la entrada en funcionamiento de esta plataforma, el gobierno chino la ha concebido como asociación estratégica, fortalecida por el seguimiento y la voluntad de identificar áreas de cooperación en los diversos ámbitos.
Sobre la Iniciativa de la Franja y la Ruta dentro del escenario africano, fue pensada inicialmente como una propuesta de inversión y cooperación a mediano y largo plazo por el liderazgo chino. No obstante, eso no impidió que China llevara adelante proyectos de gran envergadura en el marco de la FOCAC con el objetivo de mejorar las infraestructuras en el continente, más aun, se definieron las bases teóricas del lugar de África dentro de la agenda exterior de Pekín al considerar los nexos desde el 2013 bajo los principios de sinceridad, resultados sustanciales, afinidad y buena fe y la concepción correcta de la justicia y de los intereses en las relaciones de China con África. Tales presupuestos buscan ser pragmáticos en cuanto a la consolidación de los acuerdos firmados.
La inauguración de este proyecto de conectividad global se estrenó para África en el 2016. En ese año, el gobierno chino acordó la expansión de la Iniciativa de la Franja y la Ruta con sus pares de Arabia Saudí, Irán y Egipto. Desde entonces, la adhesión progresiva de países africanos fue en ascenso, al incluir a más de 20 países africanos, entre los que destacan: Sudáfrica, Camerún, Uganda, Kenia y Nigeria. De igual forma, se concretó la firma de diversos acuerdos de cooperación para 39 proyectos en 17 áreas de interés que han incluido: autopistas, ferrocarriles, construcción de puertos y generación de energía.
Tan pronto como se esbozaron los ejes sobre los que gravitaría la Iniciativa, llegaron los resultados, que además de incluir al gobierno chino también vincula al sector empresarial de ese país asiático. Ya en el 2017 fue inaugurado el Parque Industrial Hawassa, en Etiopía, que por la magnitud de su impacto ha llamado la atención de empresas textiles de impacto mundial, además de generar 60.000 empleos. Otro ejemplo, lo representa la Zona Económica Suez China-Egipto, es una iniciativa conjunta financiada por Tianjin TEDA Investment Holding Co., Ltd y el Fondo de Desarrollo China-África. Este proyecto particularmente es de gran interés para China y los objetivos que se propone la Iniciativa de la Franja y la Ruta por el papel geoestratégico de Egipto, reforzado con la instalación de la primera base naval de China en Yibuti inaugurada en el 2017, considerada por el gobierno como un “centro logístico”. De igual forma, en el 2019 como parte de esa fase inicial de promocionar las ventajas y el impacto de la Iniciativa en África, la propia Unión Africana (UA) y más 30 países del continente suscribieron un Memorándum de Entendimiento con el gobierno chino orientado a reforzar los acuerdos alcanzados.
La puesta en el contexto global de la Iniciativa de la Franja y la Ruta como parte de la amplia agenda de política exterior de China en el siglo XXI, se presenta como una estrategia de conectividad y circuitos comerciales de gran impacto. Esta para maximizar los resultados se fundamenta sobre cinco pilares: 1) la coordinación de políticas con los gobiernos que han decidido formar parte de la propuesta; 2) limitar al mínimo los impedimentos que condicionan el juego comercial; 3) construcción de corredores comerciales que permita mayor integración entre los socios; 4) financiamiento e intercambio comercial; 5) consolidar el conocimiento mutuo entre los pueblos que forman parte de la Iniciativa. La importancia de este mecanismo de integración es tal, que el gobierno chino la incorporó en la Constitución nacional en el 2017, según una resolución aprobada por el XIX Congreso Nacional del PCCh en lo que considera “un intento de mejorar la conectividad regional y abrazar un futuro más brillante”.
En definitiva, no es casualidad el acercamiento de los gobiernos africanos hacia Pekín. El desencanto generado luego de las estrategias de desarrollo llevadas adelante por los países occidentales después de la descolonización no rindió los resultados esperados, además de la revalorización geoestratégica de África en el siglo XXI y ascenso de China desde 1978 han sido elementos significativos en la construcción de una alianza que ha alcanzado niveles de máxima institucionalización en múltiples frentes. La importancia y el impacto es tal, que en lo que respecta a la Zona Económica del Canal de Suez, entre julio de 2023 y marzo de 2024 logró atraer 128 proyectos en zonas portuarias e industriales por un valor de más de 3 mil millones de dólares, siendo cerca del 40% de esa inversión capital chino. Bajo esta estrategia de asociación África busca ser parte de las dinámicas globales, haciendo uso de las ventajas comparativas que posee, en tanto que los desafíos implicarán sortear los avatares burocráticos del lado africano que es lo contrario al pragmatismo que caracteriza a la diplomacia china.
Fuente: Nelson García Pernía (AVECH).